viernes, 11 de enero de 2008

Labios sanos, labios sexys

Iluminan nuestras sonrisas y nuestros besos, pero no les prestamos demasiada atención. Nos acordamos de ellos para adornarlos, pero no para cuidarlos, te proponemos impulsar la cosmética de labios, los grandes desconocidos.

Los labios son, sin lugar a duda, uno de los símbolos femeninos más representativos de la sensualidad, y su buena salud y su cuidado pueden cambiar en gran medida el aspecto de un rostro. Iconos de la belleza como Angelina Jolie, Scarlett Johansson o Esther Cañadas, no serían tan encumbradas sin sus labios carnosos, exuberantes y bien definidos, que dan a su rostro un toque de belleza exótica que resulta muy atractivo.
El cuidado de los labios no debería ser menos importante que el del resto del cuerpo, y sin embargo relegamos esta zona facial muy a menudo, en la falsa creencia que unos labios atractivos sólo pueden ser producto de la genética o de la medicina estética, y no del cuidado diario. Se debe intentar cambiar esta idea, ya que son muy agradecidos a la aplicación de cosméticos, y muy mejorables con un poco de habilidad en el maquillaje, con el que es fácil corregir imperfecciones y crear líneas expresivas y perfectas.

Los labios son delicados porque el tejido que los forma carece de células protectoras, así que fácilmente pierden humedad, resecándose y cuarteándose a menudo. Además, poseen poca melanina, lo que los hace muy vulnerables al sol, lo mismo que el área que los rodea. Es importante recordar que los labios no se broncean, sino que directamente se queman. Es esencial mantenerlos en buenas condiciones para que resulten atractivos, porque cuando están resecos, ningún tipo de carmín es capaz de disimularlo.

Cuidados básicos

Hidratar: es fundamental para que no se escamen y aparezcan pieles sueltas que estropean el maquillaje y producen tirantez.

Exfoliar: para eliminar las células muertas, es conveniente pasar suavemente un cepillo de dientes por su superficie.
Sin saliva: no pasar la lengua por los labios cuando se noten secos. Aunque se crea que es una forma de hidratarlos, produce precisamente el efecto contrario.

Proteger: el viento, el sol, el frío, las calefacciones, la sequedad o el tabaco pueden irritarlos o agrietarlos con facilidad.

No fumar: además

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