miércoles, 13 de febrero de 2008

Turismo rural en Galicia.

Galicia ha sido siempre una Comunidad única e incomparable con otras Comunidades de España. La fuerte influencia Celta en el País gallego, dejo una impresión permanente en la cultura de esta verde Comunidad.

Viejos montes de relieve lamido por la erosión y frondosos valles surcados por mil ríos. El verde claro de los prados, el verde esmeralda de los cultivos y el verde oscuro de los bosques. Aquí y allá se asientan pequeñas propiedades, una finca de patatas, otra de maíz, sin olvidar las huertas y las vides, que enseñorean las orillas de los ríos mayores. En los cerros la masa forestal, en el medio las praderías donde pacen las vacas, los animales totémicos de la Galicia agraria. He aquí un paisaje que a los gallegos les gusta decir humanizado, donde la distancia entre los lugares no es mucha y donde los parajes inhabitados son siempre de poca extensión. En los rincones más apartados, las fragas, el bosque antiguo y misterioso de brujas y de la Santa Compaña……..

En estas horas bajas no podemos olvidar su turismo rural, el turismo de interior, el costero, el gastronómico, en fin, esas visitas a Galicia que acompañan a nuestras vidas, ahora, después de los incendios, el ave Fénix que es el verdor de la hierba, vuelve tan solo unas pocas semanas después del desastre, con su Orballo, con sus pulperías de aldea, con sus parrilladas, sus Pazos de piedra y sus casas rurales estupendas.

Paisajes de Eucaliptos, traídos hace siglos de Australia por monjes de orígenes Gallegos, vuelven a renacer incluso desde sus troncos serrados, para ofrecernos su frescor, al nativo y al visitante, su costa ofreciéndonos playas salvajes, incluso con vegetación de pinos y sobre todo ese olor de heno cortado.

Queremos volver a hacer turismo en sus casas rurales, probar sus carnes y mariscos, beber ese Albariño y ese pan Gallego.

Volveremos pronto para verla como siempre y disfrutarla como nunca, inmensa y abierta al viajero.

Galicia es poderosa, Galicia sigue siendo verde

El origen de la Fiesta de la Rapa está en el hecho de una terrible peste que devastó la comarca y que los estudiosos fechan en 1567. En esta situación, dos hermanas ofrecieron a San Lorenzo, patrón del pueblo y santo de gran devoción en los alrededores, como lo ejemplifica el hermosísimo monasterio románico de San Lorenzo de Carboeiro, o la iglesia de San Lorenzo en Ouzande, dos bestias de su propiedad para defenderlas de la peste, como así sucedió.

Pasa la peste, las dos hermanas cumplieron su promesa, donándoles al párroco las bestias que con el paso del tiempo se fueron multiplicando en los montes de los alrededores, sin llegar nunca a perder su primitiva relación de pertenencia al santo patrón. Un siglo después empiezan a aparecer ya los primeros datos de los beneficios que producen las bestias, y ya a principios del siglo XVIII se tienen noticias de la primera celebración festiva de la baja de las bestias del monte, su posterior rapa y el marcado de los potros nuevos, en la que abundante vino refrescaba a los participantes.

En la actualidad son más de 600 caballos, divididos en 14 manadas, que viven en libertad en una extensión de más de 200 km2 de monte en el que se pueden observar como luchan por su territorio, como amamantan a sus potros, como el garañón protege a todas las bestias de su manada, además de la mezcla del distinto colorido de la pelamen que se junta con el atractivo de la vegetación, las veredas, los montes escarpados, los ríos, praderas, fuentes, flores, ermitas, loberas, dólmenes, petroglifos, puentes romanas, molinos en un espacio en el que se da una simbiosis perfecta entre la obra tradicional del hombre y una naturaleza casi en estado salvaje.

Sabucedo es un pueblo al lado de los caballos, no solo en la Rapa, sino durante todo el año, viejos y jóvenes, hombres y mujeres visitan las bestias en el monte para ver los nuevos nacimientos, enterrar las devoradas por el lobo, cuidar si hay alguna enferma y sobre todo para olvidarse de los problemas de la vida cotidiana.
El acto de la Rapa es asimismo segundo el estudioso Manuel Cabada, una suerte de rito iniciativo. El niño se inicia simbólicamente a la juventud al agarrar por primera vez un potro guiado y dirigido por los ya veteranos.

Es asimismo un acto de afirmación cultural del pueblo de Sabucedo que a pesar de compartir con los visitantes determinados aspectos de la organización de la Fiesta, tal como la búsqueda de las bestias por el monte, son los únicos que pueden ser ‘aloitadores’, trabajo para el que se necesita una sabiduría adquirida desde la cuna en la propia aldea.

Los aloitadores solo con la ayuda de su habilidad y de la fuerza de sus brazos mantienen una lucha noble y singular con el caballo para que pueda ser rapado. Su patrón, San Lorenzo, los protege para que no sean heridos mientras rapan a sus bestias.
‘su valor sólo era comparable al de los aloitadores de Sabucedo’.
Camilo José Cela – “Mazurca para dos muertos”

Fiesta de Interés Turístico Nacional desde el año 1963, y declarada fiesta de Interés Turístico Internacional este año, De este modo se une al elenco de fiestas de esta categoría en Galicia que son: la Romería Vikinga de Catoira, el Santiago Apostol de Santiago de Compostela y el Festival Celta de Ortigueira.

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