miércoles, 13 de febrero de 2008

Turismo rural en Sierras de Cazorla

El Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas, con sus más de 200.000 Has., es el espacio protegido más extenso de España. Constituye una de las principales masas forestales de la península, y es conocido por ello. Sin embargo, la característica natural más acentuada es la enorme disparidad de ambientes presentes en el macizo montañoso, que origina multitud de paisajes y una biodiversidad verdaderamente prodigiosa y única. Más de 2.000 especies de plantas con flores habitan en el Parque, de las cuales cerca de medio centenar son endemismos exclusivos de estas montañas. También viven en él 11 especies de peces, 12 de anfibios, 21 de reptiles, 185 de aves y 51 de mamíferos, cifras difícilmente igualables en otros espacios naturales de la vieja Europa.

LAS TRES COMARCAS

Las dimensiones de este Espacio Natural Protegido –es mayor que la provincia de Álava- y su condición de territorio habitado desde la antigüedad han originado que, administrativamente, esté dividido en tres comarcas: la Sierra de Segura, la más extensa y norteña, la Sierra de Cazorla, que ocupa el tercio más meridional, y una porción, bastante más reducida que las anteriores, formando parte de la comarca de La Loma y las Villas, que se encuentra en la zona media del Parque, al oeste de las anteriores. El macizo montañoso –Prébetico- no se limita sólo a la provincia de Jaén, ni siquiera a la Comunidad Autónoma de Andalucía. Por el norte continua en tierras manchegas –Albacete-, con la Sierra de Alcaraz, donde se encuentra el Parque Natural de los Calares del Río Mundo y de la Sima, prolongación del espacio natural jiennense. El Parque Natural de la Sierra de Castril, en la provincia de Granada, también comparte límites y orografía con la montaña cazorleña.

LA COMARCA SIERRA DE CAZORLA

Esta comarca, la más conocida de las tres –no en vano se tiende, erróneamente, a denominar con el nombre de Cazorla a todo el Parque-, está constituida por nueve municipios: Cazorla, Chilluévar, Hinojares, Huesa, La Iruela, Peal de Becerro, Pozo Alcón, Quesada y Santo Tomé. Todas estas poblaciones poseen un encanto especial. Cazorla y La Iruela son conjunto histórico y artístico, Quesada aún conserva parte de la ciudadela árabe, Hinojares y Pozo Alcón poseen singulares casas cueva y en el resto destacan su arquitectura popular y sus yacimientos arqueológicos. El 40 % de su territorio se incluye en el Parque Natural. Las Sierras de Cazorla, El Pozo, Cabrilla y Quesada, junto a la margen derecha del Valle del Guadiana Menor, se integran en él. El resto de la comarca la conforma una rica campiña olivarera, de donde se obtiene un exquisito aceite, cuya denominación de origen lleva su nombre: “Sierra de Cazorla”.

En esta comarca la gran diversidad de paisajes y ambientes, que encontramos en muy poco espacio, hacen del contraste y la variedad sus principales señas de identidad. La parte occidental de su territorio se sitúa en la Depresión del Guadiana Menor, espacio estepario y subdesértico, donde la media de precipitaciones no supera los 300 mm. En los límites de este tortuoso, árido y encantador Valle se inicia la Sierra del Pozo, que es el espacio mejor conservado de todo el Parque Natural, por lo que casi toda su superficie se integra en el Area de Reserva de Navahondona, figura de máxima protección en el Espacio. Dicha sierra alberga todo tipo de formaciones boscosas y vegetales, con ambientes alpinos en las cumbres y clima montañoso húmedo, donde las lluvias anuales superan los 1.500 mm. Lo más increíble es que, entre esos dos mundos tan dispares en su aspecto y origen, apenas existen 10 de Km. de distancia en línea recta.

Oficialmente el Gran Río de Andalucía nace en la Cañada de las Fuentes, a 1.350 m. de altitud, entre las Sierras de Cazorla y El Pozo, en el término municipal de Quesada. No se trata de un manantial único, sino como indica el propio topónimo, se trata de un lugar donde confluyen varios arroyuelos que descienden de los montes circundantes y que se unen a numerosas “fuentes”, que emanan frescas y cristalinas aguas por doquier, incluso en el mismo lecho del río niño. Para disfrutar de este fascinante paraje hay que olvidarse del “Nacimiento del Guadalquivir” grande y ostentoso que habíamos imaginado, y recrearse en los arroyuelos, en los prados e intentar contemplar los gamos y zorros que pululan en un entorno privilegiado.


A 12 Km. del Nacimiento está el Puente de las Herrerías, una infraestructura vieja y resistente, cargada de historias y leyendas, que cobija bajo su arco una zona de baño –natural- con indescriptible encanto. Un par de Km. más abajo, el Guadalquivir se remansa en un cañón calizo y plateado, hecho embalse a mediados del siglo pasado para alimentar una pequeña central eléctrica. Tras la minúscula presa el cauce desciende más de 200 metros de desnivel, en apenas 1 Km., ocasionando multitud de cascadas y rápidos en uno de los parajes más espectaculares de la serranía, la Cerrada del Utrero. Sin embargo el más sorprendente de todos procede de un arroyuelo que se une al Río por la derecha: el Salto de Linarejos

EL VALLE

Tras atravesar El Utrero, el agua se tranquiliza y el barranco se abre, formando una vega que es cultivada por los lugareños desde tiempos remotos. Forma un paisaje amplio, con formidables panorámicas desde las laderas adyacentes que, durante gran parte del año, guarda una enorme similitud con las angosturas pirenaicas. En la zona recibe el nombre de “Valle”, a secas, contundente como su orografía y belleza. En la actualidad, la parte final de su vega, ya en la comarca de Segura, está inundada por el Embalse del Tranco, de gran atractivo, en cuyas inmediaciones se encuentran el Parque Cinegético y el Mirador de Félix Rodríguez de la Fuente, desde donde se grabaron las peleas de ciervos que dieron la vuelta al mundo con la serie televisiva “El Hombre y La Tierra”.


LAGUNA DE VALDEAZORES Y RÍO BOROSA

La Laguna de Valdeazores nos muestra un paisaje sorprendente, ajeno a la Andalucía mediterránea donde realmente se encuentra. Muy cerca nace uno de los ríos más bellos del Parque, El Borosa, cauce bravo y valiente. A su nacimiento se le conoce como de “Aguas Negras” y presta su nombre a un coqueto embalse que hay junto a él. Luego el regato se despeña hasta llegar a una de las cascadas más hermosas de la montaña: el Salto de los Órganos. Más abajo el río se encajona en un desfiladero, la Cerrada de Elías, que se recorre por un sendero colgado de la pared rocosa. Bajando por la carretera del Valle (A-319), enfrente del Centro de Interpretación de la Torre del Vinagre (Km. 48,8), parte un desvío, que se corta con una cadena dos Km. más adelante, junto a una piscifactoría. Desde este punto se inicia una de las rutas serranas preferidas por los senderistas. Hay dos opciones: una corta -de media jornada- si sólo llegamos a la Cerrada de Elías o al Salto de los Órganos, y otra algo más larga y exigente -de jornada completa- si nuestro objetivo es la Laguna de Valdeazores.



A no más de una legua (5,5 Km.) de la Laguna de Valdeazores, hacia el sureste, se reúnen las primeras aguas de otro de los más bellos ríos serranos: El Guadalentín. El Barranco Valentín, su cabecera, con las laderas llenas de arces ofrece un vistoso y colorista espectáculo otoñal, que recuerda mucho a los vallejos asturianos de los Picos de Europa. A partir de aquí el río desciende hacia el sur y el paisaje se torna mediterráneo. Un poco más adelante la corriente se encajona en la Cerrada de la Canaliega, un hermoso cañón que se puede recorrer por el sendero de los pescadores esculpido en la pared. Cuando se termina el desfiladero, el barranco se abre de nuevo a su paso por las Acebadillas, para encajonarse otra vez en la Cerrada de la Herradura, donde se inicia el Embalse de la Bolera que remansa las aguas de cristal en un lago artificial, de unos 6 Km. de longitud. La presa se levanta sobre el siguiente cañón de su recorrido, la Cerrada de la Bolera o Alcantarilla. Desde este punto el agua baja filtrada para emerger, una legua más al sur, en la Cerrada del Tío Pío y en las fuentes sempiternas de Peralta. En este punto se inicia el Coto Intensivo de Pesca (trucha) del mismo nombre, el más largo de Andalucía, que llega hasta el límite con la provincia de Granada.

GUAZALAMANCO

Guazalamanco es un riachuelo del sur del Parque Natural, que desemboca en el Pantano de la Bolera. No es muy conocido y es omitido por la mayoría de las guías turísticas que se han publicado sobre el territorio. Sin embargo, su espíritu es un reflejo perfecto de lo que significa Cazorla, con sus continuas sorpresas y sus contrastes. Para visitarlo hay un par de opciones. Una -muy recomendable- es siguiendo una ruta señalizada que parte del Jardín Botánico del Hornico y que pasa por los Prados de Arredondo (de 9 a 13 Km.). La ruta corta más utilizada (2,5 Km. ida y vuelta) es la que va desde el final de la Dehesa del Rincón a la Cascada del Dique. Dejamos el vehículo en un bosque encinar mediterráneo y, apenas habremos andado unos 400 metros, cuando nos sumergimos en un microclima radicalmente distinto, donde la mayoría de las plantas son de origen eurosiberiano, especies llegadas hasta aquí empujadas por los hielos de las glaciaciones. Si hacemos la ruta en verano, le podemos regalar al cuerpo una fresca y revitalizante ducha en la Cascada del Dique. Sólo hay que aguantar los 10º C. de temperatura máxima que presenta el agua cristalina que discurre por el arroyo

Cazorla también tiene su desierto particular, multicolor y muy atractivo, el “Valle del Guadiana”. El Guadiana Menor es un río geológicamente muy joven. Hasta hace poco más de unos 10.000 años, su cuenca era un lago salado interior, donde aportaban sus sedimentos numerosos riachuelos procedentes de Sierra Nevada, Filabres y el propio Macizo de Cazorla y Segura. Su trayecto surgió de forma accidentada y violenta, excavando profundos barrancos, dejando al descubierto arcillas yermas, cargadas de yesos y de sales, cantos rodados y arenas marinas, un medio que dificulta la subsistencia de los seres vivos que habitan en él. Para colmo, la Depresión que lleva su nombre, es el área más árida de la provincia, una de las más secas de Europa, registrando precipitaciones anuales que muy raramente superan los 250 mm. La consecuencia es la de un paisaje semidesértico, rotundo y hermoso, poblado por vegetales esteparios muy especializados al medio, la mayoría hierbas y pequeñas matas

TÍSCAR, LA MAGIA

Quien ha visitado Asturias y descubre después este paraje, queda asombrado de los paralelismos estéticos, místicos e históricos entre este y un lugar del Valle de Cangas, donde Don Pelayo inició la Reconquista, y que, en aquellos tiempos, se conocía como “Cova Dominica”. Este impresionante paraje es la “Covadonga Andaluza” y según la tradición cristiana aquí apareció, en la Cueva del Agua o Gruta de las Maravillas, la Virgen de Tíscar, Madre de la Sierra, enaltecida tras la caída de la fortaleza árabe en el siglo XIV, siendo la Patrona del Adelantamiento de Cazorla hasta su desaparición. Tíscar, con su Santuario, su Cueva del Agua, su Picón Larguillo, su Castillo, su Peña Negra, su arroyo, sus aldeas, sus buitres, águilas y cabras montesas, es un conjunto irrepetible y de obligada visita.

LAS CUMBRES DE CAZORLA

La elevada altitud media de la serranía, que sobrepasa los 1.000 metros, dota a estas montañas de espectacular belleza. Las cúspides presentan un ambiente alpino, muy distinto al medio predominante en la región. Unas cuantas cumbres superan los 2.000 metros. El techo del Parque Natural es el Empanadas (2.107 m.), que junto al Cerro de los Tornajos (2.033 m.) y Alto de la Cabrilla (2.032 m.) se encuentran en la Sierra de la Cabrilla, cuya vertiente granadina se conoce como Sierra de Castril, donde se encuentra el pico más alto del macizo (el Tornajuelos – 2.136 m).

La Sierra de Quesada apenas tiene alguna elevación importante, mientras que en la de Cazorla destacan Gilillo (1.848 m.), el Rayal (1.834 m.) y el Aguilón del Loco (1.956 m.). La Sierra del Pozo, entre la anterior y la Cabrilla, cuenta con Peña Juana (1.886 m), el Puntal del Buitre (2.007 m.) y Cabañas (2.028 m.), una de las referencias preferidas por los montañeros que, sin embargo, es fácilmente accesible desde la carretera que une Pozo Alcón con el Valle, a través del Nacimiento del Guadalquivir. Al pie de este pico se encuentra uno de los tesoros ecológicos del espacio, el Pinar de Puerto Llano, que alberga los 30 árboles más viejos de la Península Ibérica, según el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

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