miércoles, 13 de febrero de 2008

Turismo rural en Sierra de Gata (Casas rurales en Extremadura).

Sierra de Gata
El La Sierra de Gata ocupa el rincón más noroccidental de Extremadura con paisajes de belleza sobrecogedora del olivar que produce un extraordinario aceite, al viñedo con su excelente vino, a los bosques autóctonos en las cabeceras de los valles (abedul ibérico, acebo, enebro, encina rupícola y roble melojo), contrastan con laderas de pinares y con las encinas y alcornoques de tierras bajas.
Desde el castillo de Trevejo divisas las sierras de Garduño, San Pedro, Albilla y Cachaza acompañado de viñedos, olivos, robledales y pastos.
Castillo de Trevejo
La Sierra de Gata te invita a conocerla a través de la huella de los antiguos caminos empedrados, cañadas y cordeles que recorren valles o laderas, ascendiendo a lo alto de los puertos permitiendo conocer su paisaje y emblemáticos parajes, observar especies animales y vegetales.
Hablar de esta comarca es reconocer la amabilidad de sus gentes, relatar el día a día en el dialecto local, oír el rumor del agua cristalina erosionando los torrentes de los escarpados valles antes de estancarse en las numerosas piscinas naturales, oler los aromas entremezclados del brezo y la jara, ver el sosegado planeo de los imponentes rapaces, paladear los afamados caldos de viñas cultivados en sistemas abancalados, sentirse perdido en las dehesas de robles, encinas y alcornoques, o recolectar el fruto del verdeo que, una vez prensado, licua los mejores aceites.
En suma, es un paisaje puramente rural y agrocultural, típico de la sierra donde el tiempo parece detenerse y las horas no cuentan. Despertar con un nuevo sol radiante (sol de invierno), ver la cúpula celeste repleta de estrellas en las noches estivales, empaparse con la lluvia, el paseo diario, la caza ancestral, el salto de la trucha bajo un bosque galería, el tipismo de sus pueblos, las labores artesanales tradicionales, la cocina casera...

... Vivir en ella.
La Sierra de Gata, está formada por un conjunto de amplios valles y repliegues, con algunos picos de considerable altura, es un escalón natural entre la altiplanicie salmantina y la llanura cacereña, presenta en sus alineaciones montañosas centrales las cotas más elevadas: el Jálama (1.492 m), la Jañona (1.367m) y la Bolla (1.519 m). Comprende también otras sierras menores, como la sierra de los Angeles (1.076 m), que enlaza con Las Hurdes; la sierra de la Malvana (1.096 m), ya en los límites con Portugal o la sierra de Santa Olalla (860 m), la más meridional de todas. Cuya protección medioambiental resultaría deseable bajo la figura de un parque natural que englobase también el excepcional valle del río Arrago, el entorno de La Cervigona, incluido el embalse de Borbollón con su isla que alberga una extensa colonia de avifauna.

La abundancia de precipitaciones (incluso superiores a los mil milímetros anuales) determina en la comarca un clima mediterráneo subhúmedo, con algunos enclaves atlánticos. Domina así el paisaje de Gata las extensas masas de roble melojo (Quercus pyrenaica) enriquecidas con otras especies como el castaño (Castanea sativa), el roble carvallo (Quercus robur = Quercus pedunculata) y el alméz (Celtis australis). Por debajo de los 800 metros de altitud aparecen las típicas formaciones de bosque mediterráneo, es decir, alcornoques (Quercus suber) y encinares (Quercus rotundifolia), entremezclados con madroños (Arbutus unedo), jaguarzos (Halimium ocymoides), brezales (Erica arborea y E. Australis), jarales (Cistus ladanifer) o cornicabras (Pistacia terebinthus). Existen grandes extensiones de pino (Pinus pinaster) y algo menor de eucaliptos (Eucaliptus sp9 que ocuparon lo que antiguamente fueran robledales y alcornocales. Muchas de las laderas cultivadas con pinos y eucaliptos han quedado arrasadas y desprotegidas ante la erosión de los incendios.

La vegetación de Sierra de Gata es muy variada con más 1.175 especies diferentes, en las que se incluyen, además de las plantas naturales, las cultivadas y las asilvestradas. Siendo cerca de 200 especies endémicas, entre las que destacan: Bufonia macropetala, Sedum Willkommianum, Thymelaea procumbrens y Omphalodes pavoniana.
Las grandes alteraciones sobre la vegetación han repercutido negativamente sobre la fauna de la comarca. No obstante, la Sierra de Gata representa aún el último refugio del lobo ibérico (Canis lupus) dentro del Sistema central. El lince ibérico (Linx pardina) se encuentra en claro retroceso de desaparición de la zona. La nutria (Lutra lutra), el meloncillo (Herpectes ichneumon) o el gato montés (Felis sylvestris), pueden llegar a ser incluso frecuentes en sus hábitats. Son importantes los enclaves del buitre negro (Aegypius monachus), en el Valle del Arrago, la presencia de la cugüeña negra (Ciconia nigra) y los escasos nidos de águila real (Aquila chrysaetos). El cercano embalse de Borbollón, encantador largo donde las agua manaban a borbollones, es el punto de invernada y nidificaciónde gran número de aves como la garcilla bueyera (Bubulcus ibis), garza real (Ardea cinerea), garceta (Egretta garzetta), entre otras especies. Entre las aves invernantes destaca la grulla (Grus grus), con cerca de 1.500 indivifuos que se congregan en unas 9.000 hectáreas alrededor del pantano.
De las especies cingéticas es abundante el jabí (Sus escrofa), y en los ríos destaca la trucha (Salmo trutta fario).
Disfruta de un clima benigno, altas precipitaciones, entre 800 y 1.300 mm. de media anual, la temperatura media es de 14,5 ºC. En el interior de los valles se forman unos microclimas favorables para todos los sistemas ecológicos y cultivos hortofrutícolas. Con una superficie de 110.694 hectáreas.
Su orografía la componen formaciones montañosas del Cretáceo; con cumbres con una media de 1.000 a 1.200 metros y la Bolla 1.519 metros. Formando la comarca por cinco valles importantes: los ríos Elijas, Rivera Trevejana, Rivera de Acebo o Cervigona, Rivera de Gata y río Arrago.
Una interesante vegetación cubre sus laderas. Se encuentra aquí la vegetación Atlántica y la vegetación Mediterránea, como demuestran los espesos brezales abundantes en la parte alta y los jarales en las llanuras del Sur. En la cabecera de los valles, conserva especies botánicas de extraordinario interés: abedules ibéricos, acebos, enebros, encinas rupícolas, mostajo y roble melojo. Extensos pinares de repoblación en sus laderas; y en las zonas bajas encinas y alcornoques.
La fauna de la Sierra es de una importancia por su rareza y su distribución, encontrándose más de 200 especies de vertebrados, destacando las especies protegidas como lobos, buitre negros, linces, cigüeñas negras y meloncillo.

La agricultura es la base fundamental de la economía en la comarca, sobresaliendo el olivar con 14.000 hectáreas de superficie; el viñedo ocupa unas 300 hectáreas; también se cultivan naranjos, castaños, higueras, cerezos y frutos diversos (kiwi, endrino, frambuesas, etc).
A FALA
En la Sierra de Gata, en su extremo occidental que se une a Portugal, nace el río Eljas, en cuyo Valle alto acoge las localidades y términos de San Martín de Trevejo, Eljas y Valverde del Fresno. A tal afluente del Tajo se une, desde Portugal el río Torto, y en el término de Valverde los arroyos Pesqueiro, Sobreiro, Fumadle, por su margen derecha los tres. Por la izquierda, en este valle, se le une la Rivera de San Martín y ya en el valle de Villamiel - Trevejo, la Rivera trevejana que se une al Eljas en el punto en que existió hasta el siglo XV o XVI la localidad de Salvaleón, hoy ruinas y antes, según algunos historiadores la INTERANNIA romana.
Los nombres vernáculos de estos arroyos, ríos y riberas, como los de las tres villas del valle (As Ellas, Sa Martín de Trevellu y Valverdi du Fresnu) nos delatan la existencia y vigencia actual de su Fala.

ORIGEN.- Esta lengua materna, viva aún es estas villas, es según se ha dejado palpable en los más recientes estudios filológicos e histórico - geográficos sobre ella, una rama del GALAICO- PORTUGUÉS que siguió a la romanización peninsular y aquí quedó fija, principalmente, desde la denominada Reconquista, en tiempos de Fernando II y Alfonso IX, de la zona. La donación del Castillo de Trevejo por el primero, los Fueros de Salvaleón por el segundo, con sus analogías en tierras de León, Zamora, Portugal de hoy (Riba, Coa, etc.), lo quedan claro.
En estudios comparativos se resalta su identidad con el Gallego actual suroriental. Los fenómenos fonéticos, morfológicos, léxicos, que se registran aquí, como en el Bierzo, occidente Asturiano, zona zamorana, son asimilables al gallego y lo diferencian bien del portugués, aunque con ambas lenguas comparta "F" inicial y tantas etimologías latinas. Se aprecian en la Fala rasgos del antiguo leonés, préstamos del araba y bastantes palabras prerromanas, como ocurre con el castellano y otras lenguas románicas, que por el siglo X, XI eran tan similares en Iberia.

EXTENSIÓN.-La Fala vive y se utiliza en las tres citadas villas. Es conveniente recordar que en esta zona geográfica, de tan sólo 251,71 km2 habitaban unas 6000 personas en el siglo XVI y que existían otras poblaciones y caseríos, como Salvaleón, Santa Ana, Torrelamata, La Granja, etc.
Hoy en día la Fala está viva en las tres villas del valle y se habla, incluso en ciertos niveles que llamabas "oficiales" por la mayoría de los habitantes y todos los nativos que viven fuera de aquí.
Aunque básicamente es igual en sus raíces presenta tres variantes locales "o manhegu" en San Martín de Trevejo, "o lagarteiru" en Eljas y " o valverdeiru" en Valverde del Fresno.

Fala i Cultura, la Asociación que une a todos los amantes de este patrimonio cultural en las tres villas comprometidos no solo para hablar, sino para trabajar en su conservación, darla a conocer, valorarla y apreciarla en cuanto posee de esencias filológicas, históricas, culturales y humanas, ha conseguido que la Unión Europea la reconozca como Lengua minoritaria. Sus esfuerzos también van encaminados a la defensa del patrimonio histórico, natural, cultural, etc.

La Junta de Extremadura ha reconocido a la Fala como "Bien de interés cultural" oficialmente.

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